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NOTAS

DON SAUL HUENCHUL UN CANTOR PATAGÓNICO






Estoy seguro que muchos de los que hemos nacido en el campo patagónico chileno en los alrededores de Natales, Punta Arenas o Porvenir, o vivimos relacionados de cualquier modo al mundo rural de las estancias, hemos escuchado y nos hemos emocionado con las milongas criollas y con ese sello inconfundible del Cantor y Payador patagónico Saúl Huenchul. Es más la gran mayoría nos hemos reunido más de una vez, al alero y al resplandor del canto de Don Saúl, nos identificamos con él, lo hemos acompañado décadas, cabalgando por un llano que alambrados menos , alambrados más, tiene la misma alma, hemos ido juntos, algunos desde la infancia, prendidos de sus coplas, de sus milongas, charqueando en el potro chúcaro de su canto. Él tal vez ignoraba en cierto modo todo esto, lo presentía tal vez, no lo confirmaba, porque nosotros, íbamos con él, pero calladitos para no interrumpirlo, algunos crecimos con él. Con el cascabel de sus tiples nos arrullamos, hijos de rudos padres criollos que antes de salir a pechar las heladas de la pampa calentaban el cuerpo con un mate y con una milonga de Saúl, que sonaba entre los crujidos de una vieja radio de puestero, enfundada en cuero. El canto de Don Saúl ha viajado por todo el largo llano magallánico en los pilcheros de los arrieros, ha vadeado ríos, subido y bajado lomas de coirón, a cruzado picadas oscuras de montes milenarios, se ha ahumado en la marcas, ha estado junto al vino y las sopaipillas sureñas a galpón, en los descansos de la esquila, en el baile mortal de los corcovos. Sus grabaciones se han escuchado con pilas nuevas o con un largo envoltorio de pilas gastadas detrás de la radio, para que sumen y se pueda, algunos paisanos han aprendido sus acordes y a veces mas orgullosos que afinados han cantado “Donde antes eramos 40 ahora cuida un hombre solo”, lo que es un realidad también en estos pagos, porque todo cambia, excepto la esencia natural del hombre, que tiene sencillamente una guitarra y la verdad como estandarte.

Para los que no somos argentinos Don Saúl es parte de la Patria patagónica, esa que no tiene fronteras, y era que no, ya que los que no alardeamos de ser criollos pero nos sentimos mágicamente cinchados por ese lazo, sabemos, estamos concientes, hemos asumido desde siempre que el trabajo de los cantores de verdad, es como el viento, que no conoce fronteras, simplemente cruza, se expande abre cauces y llega al corazón del criollo no importa donde esté.

1 comentario:

Unknown dijo...

Concuerdo totalmente con tu opinion juanesquiltuna; a muchos kms. de distancia y otros tantos años lejos de mi tierra, escuchar las milongas de Saúl Huenchuel, me transportan a mi infancia, a los recuerdos de mi viejo, de sus consejos y sobre todo evoco su imagen de hombre gaucho en todo el sentido de la palabra y de la cultura que encierra el SER gaucho.